1982 fue un año que, además de traernos las lágrimas de un José López Portillo, quien nos decía que defendería el peso como un perro (y lo hizo, se echó en el piso y se jeteó), en el ámbito de la música, implicó la llegada de lo que muchos consideran uno de los mejores álbumes de la historia:
Este es otra placa que parece colección de éxitos, todas las rolas son conocidas y por demás, geniales.
El tercer disco de la banda inglesa, Iron Maiden, The Number of the Beast, fue su consagración, para los conocedores, como una de las mejores bandas de metal; para los no tan conocedores, como una de las bandas satánicas, más peligrosas para los chamacos de la época.
The Number of the Beast, que representa la presentación del segundo vocalista del grupo, Bruce Dickinson, y la salida del baterista, Clive Burr, es un obligado en la colección. Te dejo una breve reseña de Lore Linares, repleta de mensajes satánicos y sinsentidos grabados al revés.
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