Mi siguiente recomendación de mejores dibujantes, es Marc Silvestri. Su trabajo data de comienzos de los años 80, cuando hacía uno que otro número, como House of Mystery #242 para DCo para Marvel, Conan The Barbarian # 135; Conan The King del 20 al 29; Cloak and Dagger #7; Fantastic Four 296 (número de aniversario y donde dibuja tan sólo unas páginas); X-Factor 8 y 12; What if? 41; Web of Spider-Man, del 16 al 20 y el 22 (fue donde lo conocí y me atrapó su trabajo).
Y lo que son las cosas, Silvestri también hizo, con Roger Stern, la miniserie titulada X-Men versus Avengers (como los X-Men eran más populares en esa época, iban al prinicipio del título; con la serie que publican actualmente, es al revés). Hicieron 3 de los 4 números.
De ahí, brincó al título principal de X-Men, donde ganó notoriedad, al lado de Chris Claremont:
Comenzó con el número 218 y siguió durante 3 años, hasta el 261 (con algunos fill-ins).
La mancuerna, realizó algunas de las mejores historias de esa época, como Fall of the Mutants, la primera saga de Genosha (de donde se desprendió el crossover X-Tinction Agenda); la reestructuración del equipo de X-Men que se encontraba en Australia, a través del portal de la leyenda arturiana, Siege Perilous; Inferno, la creación de Jubilee y Mister Sinister, etc, etc.
En este tiempo, Claremont tenía un magno plan para modificar el rumbo de los X-Men, comenzando en el número 200 y culminando en el 300; pero los planes no pudieron ser cumplidos.
Al poco tiempo, Silvestri dejó los X-Men para hacer dupla con otro gran escritor, Larry Hama, creando una de las temporadas más importantes en Wolverine, cuando se exploraba el pasado del canadiense de quien, en ese entonces, sólo sabíamos que se apellidaba (o llamaba) Logan. Al tiempo, Barry Windsor-Smith, también hacía la serie llamada Weapon X para Marvel Comics Presents, en la que descubre el proceso por el que tiene que pasar Wolverine para conseguir sus garras y esqueleto de Adamantium.
Del número 31 al 57 (salvo algunos intermedios), Silvestri permaneció en Wolverine y su última historia, de tres números, terminó con una altísima nota, al revelar el destino de su amada, Mariko Yoshida.
Silvestri es de los miembros fundadores de Image Comics, debutando en 1992, con Cyberforce.
Con el tiempo, creó otros personajes, como Witchblade:
The Darkness:
Y la excelente serie, con Wark Waid, Hunter/ Killer (que sólo duró 12 números):
Silvestri ayudó al escritor Grant Morrison a terminar su estadía de tres años en X-Men, con los número 151 al 154, donde visitan un posible futuro del equipo de mutantes:
Desde entonces, Silvestri se ha mantenido de alguna forma con Marvel, haciendo uno que otro one-shot (sin descuidar su compañía, Top Cow). Hemos tenido la oportunidad de verlo dibujar personajes como Thunderbolts:
Avengers y X-Men:
¿Qué tal su versión de Alpha Flight y Beta Ray Bill?
Colaboró en el x-over, Messiah Complex:
Y, recientemente, participó con el escritor Jason Aaron para un nuevo título de The Incredible Hulk; sin embargo, pese a ser anunciado con bombo y platillo, sólo medio dibujó los primeros tres números. Uno de los grandes defectos de Silvestri, es que cuando no puede terminar sus proyectos, se ayuda de dibujantes que tengan un estilo similiar para entregar "a tiempo", a veces sin especificar, por lo que los seguidores batallan para distinguir qué porcentaje del trabajo le pertenece.
De ahí, brincó al título principal de X-Men, donde ganó notoriedad, al lado de Chris Claremont:
Comenzó con el número 218 y siguió durante 3 años, hasta el 261 (con algunos fill-ins).
La mancuerna, realizó algunas de las mejores historias de esa época, como Fall of the Mutants, la primera saga de Genosha (de donde se desprendió el crossover X-Tinction Agenda); la reestructuración del equipo de X-Men que se encontraba en Australia, a través del portal de la leyenda arturiana, Siege Perilous; Inferno, la creación de Jubilee y Mister Sinister, etc, etc.
En este tiempo, Claremont tenía un magno plan para modificar el rumbo de los X-Men, comenzando en el número 200 y culminando en el 300; pero los planes no pudieron ser cumplidos.
Al poco tiempo, Silvestri dejó los X-Men para hacer dupla con otro gran escritor, Larry Hama, creando una de las temporadas más importantes en Wolverine, cuando se exploraba el pasado del canadiense de quien, en ese entonces, sólo sabíamos que se apellidaba (o llamaba) Logan. Al tiempo, Barry Windsor-Smith, también hacía la serie llamada Weapon X para Marvel Comics Presents, en la que descubre el proceso por el que tiene que pasar Wolverine para conseguir sus garras y esqueleto de Adamantium.
Del número 31 al 57 (salvo algunos intermedios), Silvestri permaneció en Wolverine y su última historia, de tres números, terminó con una altísima nota, al revelar el destino de su amada, Mariko Yoshida.
Silvestri es de los miembros fundadores de Image Comics, debutando en 1992, con Cyberforce.
Con el tiempo, creó otros personajes, como Witchblade:
The Darkness:
Y la excelente serie, con Wark Waid, Hunter/ Killer (que sólo duró 12 números):
Silvestri ayudó al escritor Grant Morrison a terminar su estadía de tres años en X-Men, con los número 151 al 154, donde visitan un posible futuro del equipo de mutantes:
Desde entonces, Silvestri se ha mantenido de alguna forma con Marvel, haciendo uno que otro one-shot (sin descuidar su compañía, Top Cow). Hemos tenido la oportunidad de verlo dibujar personajes como Thunderbolts:
Avengers y X-Men:
¿Qué tal su versión de Alpha Flight y Beta Ray Bill?
Colaboró en el x-over, Messiah Complex:
Y, recientemente, participó con el escritor Jason Aaron para un nuevo título de The Incredible Hulk; sin embargo, pese a ser anunciado con bombo y platillo, sólo medio dibujó los primeros tres números. Uno de los grandes defectos de Silvestri, es que cuando no puede terminar sus proyectos, se ayuda de dibujantes que tengan un estilo similiar para entregar "a tiempo", a veces sin especificar, por lo que los seguidores batallan para distinguir qué porcentaje del trabajo le pertenece.
No estoy enterado de los próximos planes de este excelente creador, formado en una época en la que lo primordial, era la narrativa, y después el estilo o lo vistoso. Silvestri conjuga lo mejor de ambos mundos y es un artista muy completo, aunque lento. Aún falta verlo en alguna historia completa de Spider-Man o Fantastic Four.
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